MENSAJE DE NAVIDAD
FAMILIA Y NAVIDAD
Estamos en territorio y en tiempo de celebración, para adentrarnos en la esperanza, en la vida, en Jesús. Solamente existe
algo más grande que el universo: EL AMOR. En el vientre de la Virgen
María se concentran todas las expectativas del mundo, toda la ilusión de
la humanidad, el significado completo que orienta el rumbo de los
tiempos.
La
opresión a los mas débiles en las regiones de la injusticia, en donde
se pisotean los derechos humanos y la corrupción institucional
representa la arquitectura social establecida e indica la ausencia
del autentico patrón moral que representa la misión de Cristo. Todos
estamos invitados a esa tarea, a esa encomienda basada en la libertad de
elección. Podemos corromper nuestro entorno, podemos matar, sabemos
urdir los planes más diabólicos e incluso destruir la civilización;
también pretender eliminar a Dios.
Sin
respeto a la Ley, los países se convierten en pandillas de malhechores,
apoyados por parlamentos blasfemos en donde campan a sus anchas los
matarifes impíos, los sicarios de Satanás con el alma negra, para abrir
el vientre de las madres y matar al ser humano que llevan dentro. La
impunidad que nace de los poderes legislativos para aplastar la dignidad
de la vida y su origen, no celebraran seguramente la Navidad mirando el
pesebre de Jesús, ni a La Virgen María, ni a los acompañantes sagrados
incluyendo a los Reyes Magos cargados de ilusión para los niños; solo
atenderán a sus cuentas bancarias, a su ``Dios´´ a su materialismo
despojado de toda transcendencia.
Navidad
y familia. La celebración de la convivencia y la superación de las
diferencias, el apoyo de la base social, el funcionamiento lógico del
diseño creado por El Legislador para el orden natural y
para el orgullo de la civilización. Esto es lo que se celebra bajo el
techo, en nuestros hogares, en las calles de nuestros pueblos, en el
corazón limpio de las gentes, sabiendo que late el ambiente de la
verdadera justicia y esperanza.
¡ No corrompáis la conciencia candorosa de los niños con vuestros sádicos propósitos !
Protejamos
la postal Navideña de Porzuna. Su brillo nocturno desde la lejanía,
cabalgando entre olivares, eleva su resplandor hasta unirse con el
desfile de estrellas que alumbran el portal de Belén.
Sigamos
en este ambiente, revalorizado por la espiritualidad, de casa en casa,
en sus callejuelas sinuosas y recónditas, en donde se percibe el aura de
la bondad y la hospitalidad reconfortante; donde la orfandad no cabe en
los grandes corazones de esta tierra, pero si la munificencia para los
débiles y exánimes, para las víctimas de la inmoralidad mediática y el
desenfreno nihilista que destruye el alma. Familias rotas por un
entendimiento pecaminoso de su existencia, malbaratando al diablo su
valiosa capacidad reconciliatoria, en un intento por construir la
convivencia que nos une y premia.
El
arte de cocinar los alimentos de la tierra en maridaje con nuestro
vino, con las habilidades naturales de nuestras madres, con ese
intachable y peculiar recetario que llevan grabado con profundo cariño,
constituyen el culmen culinario y amoroso que sirven al centro, en la
mesa de la concordia. Un aplauso a la abuela, una sonrisa al niño que
profiere ``tacos´´ al poco de andar, un vaso de vino que se derrama en
el pan, un chiste gracioso que cuenta el abuelo interrumpido por el
chasquido del fogón. Una brisa gélida bate la balconada del niño Jesús y
el sobrino enciende las lucecitas del portal de Belén. Lo importante no
es el turrón, ni los lujos, ni las perniciosas imágenes de la tele, ni
la lujuria de los medios procaces; lo que importa básicamente es hacer
lo mismo y a menudo, en compañía de nuestra familia como depositaria de
la buena enseñanza en la tradición de los altos valores.
Muchos
crucifijos han sido arrancados con saña en lugares públicos de España.
En su lugar colocan pegatinas banales y lascivas como invitación a la
bacanal de la enseñanza pública. La Cruz es dañina para
sus propósitos, enemiga de los inconfesables proyectos sociales; Dios
estorba en los laboratorios del espanto que ellos mismos abominan en
privado, porque saben bien la importancia del ``Trofeo´´ que ``abaten.´´
Más de dos mil años dura la contienda unilateral; enfrente solo hay una
Cruz: La que les ha perdonado su ignorancia.
La
noche avanza, el puchero de café ya está listo para el primer sorbo,
mientras el vaho de los cristales difumina la silueta enhiesta de la
torre en la iglesia del pueblo.
Todo
sigue normal; la radio comenta las portadas de los periódicos, los
coches aparcados suman su silencio a la noche fría. El sueño nos va
dominando, pero no lo suficiente permitiéndonos hacer un balance de lo vivido en el día, analizar la información y filtrar lo bueno a la hora de acostarse, que como siempre, decimos: hasta mañana si Dios quiere.
Esta
es nuestra Navidad, la de siempre, con sus personajes originales. Otros
vendrán; algunos están aquí con imágenes fabulosas de una ``Navidad´´
pintoresca, pero que desvirtúa nuestra tradición. Preferimos seguir con
Aquel que dijo: ``Estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos.´´
FELIZ NAVIDAD
GABRIEL UBEDA.
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