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Las generalizaciones son
una injusticia cuando se refieren al celo conservacionista que pueda tener cada
cual. Si, es cierto que muchos caen en dicha tentacion porque la ultima palabra
de lo que debe hacerse en esta materia, queda difuminada y confundida para
estupor de quien espera respuestas ilusionantes.
Los que pensamos de
cierta manera concebimos la defensa de la naturaleza como un sector propio,
como el centro de atención vital del que otros dependen subordinadamente. La
atención al medio natural no puede ser el resultado de una visión relativista,
ni un instrumento pasajero en manos de mentes caprichosas que persiguen
espurios intereses.
La importancia de la
conservacion así como la regeneracion es crucial para que exista continuidad en
los ciclos y flujos biológicos, conservando el hábitat lo mejor que sepamos y
nos marque la propia naturaleza. Supone una alta responsabilidad moral tal
cometido si tenemos en cuenta lo que hay en juego, es decir, la protección de
la máxima diversidad biológica en todos los espacios posibles.
Dicho lo anterior, con
nuestras mejores intenciones, pasamos a nuestra visión critica de Cabañeros, su
entorno y otros lugares provinciales. Desde que tenemos uso de razón hemos
asistido a episodios muy lamentables, además de otros que nos han contado. Uno
de los sucesos mas siniestros ocurrió hace 27 años. Aquel día varios amigos nos
dirigíamos desde Porzuna hacia Pueblo Nuevo del Bullaque y proseguir hasta
Retuerta del Bullaque para sumergirnos y observar el monte mediterraneo, pero justo
en el paraje conocido como: ``el chaparral´´ poco antes de llegar a Pueblo Nuevo del
Bullaque pudimos ver con nuestros propios ojos el desastre: el arranque de
encinas en una superficie de dimensiones kilométricas, tumbadas en el suelo
como monstruos, muchas de ellas con diámetros de 70cm. Esta dehesa se aniquilo
en las mismas puertas de Cabañeros con la licencia de la administración
ambiental. Y todo ello para terminar en una triste aspiración: sembrar chopos o
maíz y contaminar el rio Bullaque con los productos tóxicos que por escorrentia
afluyen al mismo.
Otros tiempos eran
cuando un mosaico de comunidades vegetales cubrían este gran valle o raña con
grandes arboles de diferentes especies y zonas ecotonicas con nichos ecológicos
diversificadores con mil formas de vida. Y de pasada podríamos, con añoranza,
recordar los ya inexistentes encinares de Daimiel-Bolaños,
Cabezarados- Abenojar, Los sabinares de Villahermosa. Otras esquilmaciones como
convertir el Guadiana y el Jabalon en simples canales (en grandes tramos)
despreciando todo el ecosistema fluvial. Lagunas desecadas (Pozuelo de
Calatrava). Camacha (Picon)...Otros atropellos de la moda lo constituyen el
arrasamiento de las cresterías cuarciticas para instalar molinos de viento,
justamente en los lugares donde no habían llegado la rotura agrícola y por
tanto guardaban a salvo las especies rupicolas y saxicolas (algunas endémicas).
Es interminable este capitulo alusivo a los puñales que se clavan a la
naturaleza, tan lesivos como el agua que bebemos de nuestros pantanos, donde
yacen acumulados todos los biocidas de décadas, usados ingenuamente por
nuestros agricultores.
Existen alternativas
para recomponer lo destruido, basadas en la inteligencia racional de quien
ordena los territorios. Dicha ordenación debería estar compuesta (en su
confeccion) por personas de alto nivel de conocimientos múltiples, no elegidas
al azar, sino ajustadas a un perfil claro y concreto:
1-Alta estima de su
territorio, conocedor del mismo (conservar es amar)
2-Espíritu de superación,
de investigación, capacidad de resolucion meditada (conocer para decidir)
3-Convicción radical de
su cometido, atenta a su vocación inequívoca (voluntaria tenacidad)
4-Elevada capacidad de
comunicacion con el resto del equipo multidisciplinar (coordinación)
5-Disposicion de dialogo
sin perder de vista la finalidad principal (persuadir a quien beneficia)
6-No aceptar propuestas
contrarias al bien natural (honradez y lealtad al medio social)
7-Ser consecuente con
todos los factores que concurren en el medio y valorar el arraigo y costumbres de
la población (derecho consuetudinario)
8- Los resultados de
vuestras acciones se verán en el futuro. Ordenar no es crear, es habilitar el
espacio en la continuidad de los procesos naturales (solidaridad intergeneracional)
9- No dar concluido el
plan, otros lo podrán mejorar (revisión)
10- Alta valoración del
sentido de la justicia. Preservar la vida y la casa de todos.
GABRIEL UBEDA
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